GRAND PRIX DE TOURS

Me froto las manos, otra vez en Francia, otra vez respirar competitividad. Buen rollo al tiempo que nos hacen sentirnos importantes. Tours es la cuarta parada de un GP que inaugura formato: triatlon minisprint (400m-9km-3km) de relevos por equipos. Tras muchas vueltas, Nico Alliot y yo haremos la primera posta. Objetivo entregar el relevo en el primer grupo para dejar intactas nuestras esperanzas: Tutukin junto con Brukhankov en la segunda posta, y Gemmel para finalizar soñando con el podio.
Primer relevo significa tension, golpes, transiciones de vertigo: cuantas ganas de volver a Francia! No tengo ni tiempo a observar a nuestros rivales en la primera posta. Últimos consejos y ánimos junto a mi compañero Nico Alliot.
Bocinazo. Tras un gran salto empiezo a nadar con una ligera ventaja que me libra de los primeros golpes. Voy a la par de Nico, su explosividad me hacía presuponer que cogería su estela, pero cuando me doy cuenta lo empiezo a superar. No hay tiempo ni de dudar, la primera boya está a escasos 150m. Cuando el agobio de acido láctico se hace patente, levanto la cabeza y me sitúo: por mi izquierda algún triatleta viene fuerte, hacia la derecha los observo desde una privilegiada y aventajada posición. Se acerca la temida primera boya. Paso en cuarta posición. Justo a tiempo de librarme de la batalla, nado cómodo sabiendo que el tapón esta vez se hará tras de mi. Y miro hacia delante. Rebaso a dos competidores para situarme en segunda posición. Sin llegar a situarme a su estela, abre la natación el mejor nadador del circuíto ITU, el eslovaco Richard Varga.

Tras él, agarro la bicicleta en segunda posición. Miro hacia atrás, Nico está también en la cabeza. Lástima que los escasos 400m apenas marcan diferencias y se forma un gran pelotón. Agarramos bien el manillar, estamos botando sobre el repecho de pavé cuando se me sale la cala izquierda. -"Eres un globero, Antón"-. Sabía que tenía la cala demasiado gastada. Me esfuerzo por rematar el repecho a una pierna y arriba vuelvo a enganchar el automático. Pierdo posiciones dentro del grupo, pero curva a curva me reafirmo en las buenas sensaciones que me transmite la MASSI progresando hasta la cabeza del grupo.

El formato de relevos por parejas hace que veamos algunas situaciones curiosas. Triatletas se descuelgan para esperar a su compañero, otros se ponen de pié sobre la bicicleta para buscar a su colega,... Nico y yo nos movemos en las primeras posiciones. A nuestro lado Ejeda y Naranjo defendiendo los colores de sus equipos. Segundo y último giro, entro bien situado en el pavé anticipando mi previsible problema. Se me vuelve a salir la cala. Otra vez pierdo posiciones y otra vez progreso en las siguientes curvas. En esa progresión oigo un crash: -"Que no sea Nico por favor"-pienso. Nico se levanta justo cuando llego a su lado. -"Allez Nico, come on"-. Dudo si esperarlo o no. Veo que viene a cola de grupo y confío en su fuerza para no hipotecarnos los dos para el último tramo. En plena lucha para entrar a la segunda transición lo veo a mi lado.
Pies, codos, manillares, nos tocamos con todo para dejar la bici en buena posición. Calzo mis NEW BALANCE, ¡a volar en estos 3km! Con tantas ganas que tengo que empujar a Ramón para no atropellarlo cuando se incorpora delante de mi. Salgo sin mirar atrás confiando en motivar a mi compañero. Rápido me gritan que espere, Nico viene atrás. Se duele de la caída y está sufriendo de lo lindo. Mientras nos rebasan las otras parejas trato de animarlo y cortarle el aire. Va sufriendo mucho. Hasta el final intento ayudar empujándolo.

Una lástima esa caída. Entregamos el relevo en 13ª posición a un minuto de cabeza. Tenemos un equipazo por delante, pero la diferencia es demasiado grande ya. Nico se duele de su actuación sin parar a ver que está bastante lastimado por ese flirteo con el asfalto. Tutukin y Brukhankov remontan a lo grande, pero hay un quintento por delante que ya es inalcanzable. Gemmel afianza esta 6ª plaza que aúpa al St. Jean de Monts hasta la 6ª plaza de la general del Grand Prix tras cuatro etapas. Soñábamos con el podio, pero no olvidamos que es la mejor clasifiación de la historia del club.
Francia y su Grand Prix, siempre son fines de semana que reafirman nuestra pasión por este deporte.