BANYOLES ITU WORLD CUP

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..."with the number 29: Ruanova"
Los cien metros desde la zona de presentación hasta el pontón de salida ponen mi piel de gallina. Cientos de personas. Cientos de gritos de apoyo resuenan en mis oídos. En mi cabeza solo sitio para una cosa: esa primera boya naranja que marca el recorrido del primer segmento. Los triatletas se reparten entre los huecos del pontón. Sin pensar mucho, me coloco en la zona central.

"On your marks... ¡Piiii! Dos batidos submarinos. Veloz salgo a la superficie. Veloz empiezo a nadar respirando cada cuatro brazadas. "A tope, hasta que aguante", pienso. Cuando la agonía y al ácido láctico amenazan con bloquearme, solo entonces, disminuyo mi ritmo. Solo entonces miro para situarme. Zaferes, uno de los mejores nadadores del circuito ITU apenas me saca medio cuerpo. Bien. Hay que seguir. Un par de golpes; el australiano que me acompañaba queda rezagado. Se acerca esa otrora pequeña boya. Vuelvo a apretar. "Por aquí no pasas", me digo cuando un triatleta se me acerca por mi derecha. Voy ganando mi terreno y enfilo la boya por dentro. Quizás haya más lucha, pero siempre se recorren menos metros. Hoy mi teoría me da la razón. Tras pasar los dos giros por dentro, nado entorno a la octava posición.

"Guau, siento que floto cual lancha motora" Atento, hay una larga y agónica carrera antes de iniciar los últimos 750m. Gritos. Ánimos del público que transformo en adrenalina. Salto de cabeza con todas mis fuerzas. Segunda vuelta de natación en el lago de Banyoles. Sigo a la par de Zaferes. "Qué fácil debe de ir este americano que acredita 1´49" en 200m. libre" Me autoimplemento energías al verme a su lado. Otra vez las boyas. Otra vez por dentro. Enfilo los úlitmos metros en una motivante sexta posición. En mi primera Copa del Mundo. Disfruto como un niño.

Salto sobre mi reluciente MASSI. Se ha puesto bonita para la ocasión. Hasta luce nuevas ruedas EDCO. Abrocho zapatillas. Sprinto de pié, entre los diez primeros. Alejo antiguos fantasmas con una brillante primera transición. Alarza se muestra activo. Los rusos están expectantes. Soy ambicioso. Me pongo a tirar. Por unos segundos se corta el grupo. La gente duda. Por detrás empiezan a unirsenos más y más triatletas. "Un grupo grande ya no es mi lucha" Me sitúo en el medio del pelotón. Volamos. El circuito alrededor del lago es rapidísimo. Sus anchas curvas peraltadas me hacen sentirme un pequeño Lorenzo en mi particular Moto GP.

Por momentos hay tensión. Algún grito. Frenazo. Codos que se rozan. Disfruto como un niño. Defiendo mi posición. Incluso busco huecos para progresar. El último km de cada vuelta nos estira. Curvas de 90º. Badenes que nos lanzan al vuelo a más de 50km/h. Me agarro abajo del manillar antes de cada curva. Rozo el freno. Me levanto para hacer zumbar mis EDCO. Volvemos a coger velocidad al instante.

"¿Ya es la última vuelta?", me sorprendo. Dos geles digeridos. Dos botes de líquido bebidos. Los remato tirándome agua sobre mi casco. Hace mucho calor. Última transición. "Lucha, Antón, si te caes no pasa nada, peor es no haberlo intentado", las palabras de mi hermano resuenan en mi interior. El grupo es grande. La tensión enorme. Un codo para hacerme hueco. Una apurada de frenada entrando en la curva. Calzo mis NEW BALANCE. Salgo a correr entorno a la 15ª plaza. Otra pequeña prueba dentro de la carrera ha sido superada. Los fantasmas de la T2 también son borrados.

Más gritos. Mucho público. Y mucho tráfico sobre el asfalto. A menos de tres minutos el km. y hay que buscar hueco para pasar. Se forma un grupo delante de mi. "Hay que entrar ahí como sea; una velocidad más. Gas Antón" Sufro como un perro. Ellos también, pienso. Me pego a Vicente Hernández. Juntos entramos en ese tren de nueve vagones. Agarro una botella de agua. Esto me aliviará. El refresco del líquido resbalando por mi piel apenas dura segundos. Sigo sufriendo. Ni la bajada rebaja un ápice del dolor. El tren se me escapa.

Cierro los ojos. Mi respiración resuena cual tenista golpeando la bola en Roland Garros. Me aparecen en mente los duros entrenamientos en la Alameda compostelana. "¡Qué te calles de una vez pecho!", silencio al corazón quejoso. Vuelvo a enganchar ese tren. Pasamos el primer tercio de carrera. El dolor sigue pareciéndome inaguantable. "Relájate. Respira. Aprovecha la estela de este grupo de nueve triatletas", me digo. Hasta aquí. 33ºC. Calor y dolor ganan la batalla. Doy una tregua a mi recalentando motor. Aflojo el ritmo. El grupo se va.

Me cantan que estoy en 22ª posición. Es una tregua. Pero no me rindo. Marco mi ritmo. El americano Billigton me alcanza. Me pego como una lapa. Hasta que sus continuos cambios de ritmo terminan conmigo. Pero he encontrado mi velocidad crucero. ¡A por el top20! Comienzo la caza. Última vuelta. Ahora la agonía se sintoniza con mi adrenalina. Sigo sufriendo, sigo recalentado. Pero avanzo posiciones. González, Pereira, Zaferes,... Esto no se para. Apenas soy capaz de entreabrir los ojos. Lo justo para no caerme, o eso espero. En el úlitmo km. no hay espacio para el dolor. Ni para los ánimos que mal-veo y peor-oigo. El úlitmo km. lo hago en trance. Sobrepaso al ruso Poliansky. La recta de meta es un premio. Me reconforto. Llevaba mucho tiempo soñando este momento. Con gesto rockero en ambas manos, cruzo una meta. Mil sensaciones. Se me nubla la vista. Me agarran. Cuando intento caminar, caigo sobre esa valla. Medio inerte. El cuerpo no responde. La mente repasa años, instantes, alegrías, llantos,... Todo fluye a toda velocidad hasta que me relajo. Estoy aquí. 14º en mi deseada primera Copa del Mundo. Disfruto como un niño.

5 comentarios:

David Pombar dijo...

Joder tio, los pelos de punta. Como me ha recordado a mis épocas de sufrir sobre la bici.

El 22 debuto en mi primer tri, espero disfrutar tanto como tu.

Sigue dándole duro!

juanzinho dijo...

Noraboa amigo! Ó final todo ten a súa recompensa! E isto é só o comezo! A seguir así! UNha aperta!

susobaamonde dijo...

La recompensa al trabajo hecho con esfuerzo e ilusión siempre termina por llegar. Sigue disfrutando que te lo mereces.
Siempre es un placer leer tus crónicas. No creo que haya nada más parecido a estar metido en la batalla que tus narraciones.

Pablo G. dijo...

Eres el puto amo. Mi jodido ídolo, en serio

Calamyty dijo...

Plas, plas, plas ! Levaba días esperando por esta crónica, e non puiden lela ata hoxe!!! Que disfrute. O pracer é máximo sabendo que o deches todo e que te exprimiches ate a última gota do teu suor. Podemos calificar logo o teu debut de ... IMPERIAL :D

Unha aperta moi grande e a seguir "flipandose" ó máximo :)

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