Y LAS FLORES

No todo será entrenar&estudiar. Hace unos días desenterraba una de mis pasiones, motor y velocidad conseguían "fliparme" mientras salían a flote. Ayer dejé lugar para otro vicio: la música.

Sala Capitol. 22h36´. Delafé y las Flores Azules.
Su nombre no miente, o solo en parte. En la decoración gobiernan las flores: rojas, violetas, blancas y amarillas. Pero no azules. Escenario preparado. Público preparado. Impacientes, expectantes por comprobar el directo de esta tranquila y positivista banda.

Ella aparece delicada, dulce, romántica. Y, como esa falda de altos vuelos, perturbable. Él se muestra intenso, enérgico, inquieto. Con sus movimientos sus piés parecen adoptar vida propia.

No estaban las flores azules, pero sí las trompetas de la muerte. La esquina derecha del escenario aun sonríe recordando sus contínuas gracias.

Hace tiempo que el frío se escapó hacia otro lugar. La energía de él se plasma en la camisa ahora empapada. Sudor. Énfasis que por momentos contagia a ella, rompiendo en parte su ternura. -"¡Dale gas!"-

Yo empiezo tranquilo, supongo que escéptico. Pero las melodías se tornan potentes, acordes que entran por mis oídos. Me recorren raudos. "Mar el poder del mar" rompe mi timidez. Eses acordes dominan mis pies deslizándose por el parquet. -"¡Qué esto no se pare!"-

Unas pocas canciones bastaron. El público está entregado. Delafé y Las Flores Azules saben transmitir. Simpatía. Ella se muestra adorable.

Para el final, plato fuerte, "El Espíritu Santo" llegó. Con él su contagioso baile que Helena Miquel (ella) demuestra apto para torpes. Cerró "La fuerza" y su alegato al derecho a soñar e ilusionarnos. A estas alturas, hasta las flores bailan.

¡Quéremos más! El grupo vuelve ante nuestros gritos. No se podían despedir sin "Enero en la playa". Óscar D´aniello (él) y Helena nos llevan hasta "una calita en la costa catalana" ante nuestro delirio.

Volviendo a casa recupero el dominio sobre mis pies. Inevitablemente camino inyectado de optimismo. Hoy yo también reclamo nuestro derecho a soñar. Derecho a ilusionarnos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

E.G. gosta disto ;)

Tiñas que facer unha crónica do concerto de Machina. Eles non son moi de flores, pero si de moito ferro.

Antón Ruanova dijo...

jaja, entón sería moito peloteo hacia Anxo (aínda que conste que o merecen, e moito)

agmtri dijo...

No solo como bien has comentado es entrenar, siempre hay tiempo para la desconexion en forma cultural...recuerdos desde Brisbane!!!1abrazo++++
a

José dijo...

La ilusión es seguir buscando las flores azules...entrenar más, mejor y disfrutar de ello...eres un crack Antón, abrz

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