CAMPEONATO DE ESPAÑA ELITE DE TRIATLON

CAMPEONATO DE ESPAÑA ELITE DE TRIATLON

CAMPEONATO DE ESPAÑA ELITE DE TRIATLON

-"Que den la salida, por favor. Que den la salida"- Muerto de frío empiezo a nadar. ¿Es propia de un campeonato de España esta salida sin pontoon perjudicando sobremanera a los triatletas que tuvieron que salir en tercera fila? Tras esta pregunta es de justicia resaltar la magia de esta carrera. El triatlon de Pontevedra es grande, y la expectación que se genera hace que el triatleta viva un pequeño clímax compitiendo aquí.
Lucho con Alarza. Poco tiempo. Me coloco a sus pies tras forcejear con Gomar. Intentando aprovechar la corriente, nos pegamos al margen derecho de la ría en una fila que encabeza Pedro Reig. Me quedo. Me siento pequeño, sin fuerzas. Incómodo. No consigo agarrar agua y no consigo paliarlo aumento la frecuencia de brazada. Pero hay que luchar. Cerca de enfilar las dos boyas que marcan el ecuador de la natación, hago mi penúltima apuesta. Lucho con Vicente Hdez. por entrar en el grupo. Enfilo las dos boyas por el interior y, favoreciéndome del tiempo que se pierde con la pelea cuando se viaja en grupo, consigo coger la estela del pelotón cabecero. Por fin. Ahora me podré relajar un poco.

Nada más lejos de la realidad. Las malas sensaciones perduran. O se incrementan. Aun así circulo a pies de Iván Raña. -"Él va a hacer la selección, tienes que lograr salir antes que el de la ría, Antón"- Última boya. Solo 50m para acabar con este sufrimiento. La paso por dentro. Tanto que se me engancha el brazo con su cuerda. Torpe nadando y torpe para retirar mi brazo del lío de cuerdas. Ahí se me va la carrera que ya mal había comenzado. En la larga transición me concentro para no caerme de bruces al suelo. El frío me ha dejado tocado. Con esa desagradable sensación de mareo y torpeza me subo a mi MASSI. Iván está varios puestos por delante de mí tras mi enganchón con la boya. Él hizo el corte. Seis privilegiados que abren carrera con ímpetu, colaboración y  ganas. La perfecta antítesis del segundo pelotón. Conformismo, falta de ambición. Los aburridos circuitos ciclistas siempre llanos y la nula ansia de la mayoría de triatletas, hacen cada día más aburrido competir en España. Ya no solamente dan por perdida la batalla con el primer grupo antes siquiera de luchar, sino que no se paran a pensar que los grupos que nos cazan por detrás, y los que se acercan y no lo consiguen, los van a privar de esas plazas que creen que ganarán corriendo bien al no darles el aire sobre las dos ruedas. Rodrigo González y Vicente Hdez. son la excepción que confirma la regla. Batalladores generosos, su ambición tiene premio en la mayoría de concurrencias. 
Entre penas y rabias, dejamos la bicicleta. Salgo primero del grupo perseguidor. Un espejismo en el desierto. Pocas zancadas me valen para bajar los brazos. No voy a parar hasta la meta, pero ya estoy rendido. Pongo mi ritmo. Mi tristeza interior plasmada en un correr poco ágil y pesado, contrasta con el bullicio del público. Muchas camisetas del #LumeTeam, muchos gritos. Sufro incluso más que cuando doy el 110% persiguiendo una victoria. Sufro luchando contra mi mismo, pero la piel se me eriza en muchos momentos sintiendo el calor y cariño del público. 16ª posición. Me desplomo nada más entrar en meta. por fin. Por fin punto y aparte de este sufrimiento triste de casi dos horas que debería haber sido uno de los momentos más bellos del año. Es deporte. Uno no siempre tiene todo bajo control. Pero este mal resultado no hace sino que revalorizar mi subcampeonato y el 4º lugar de los pasados años. Y como siempre hay algo positivo... ¡Campeones de España por equipos! El Arcade Inforhouse se hace con uno de los pocos títulos que le faltaban. Tres amigos, tres compañeros de entrenamientos, campeones de España. Gracias Iván. Gracias Brais. Seguiremos con nuestras cuatro sesiones diariras juntos: nadar, pedalear, correr y pasar un buen rato tomando algo en el Tío Gilito o en el San Jaime.

1 comentarios:

susobaamonde dijo...

Hola Antón. Ya me tardaba leer una de tus crónicas tan próximas a la realidad que es como vivirlo insitu. Si hay un valor o característica que debiera definir el deporte, desde luego no es el conformismo, y mucho menos la falta de ambición. Si vas detrás el objetivo tiene que ser ir delante. Y si no se puede, al menos se intenta. La batalla nunca termina antes de empezar, nunca. Te conozco poco, pero sé que tienes la conciencia tranquila y la valentía de decir las cosas como son. Sí lo has dado todo, ya has ganado. Bravo!!!.

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