Dicen que la vida da
segundas oportunidades, aunque yo no sé si simplemente aparecen o las persigue
uno. Sea como fuere, aquí estoy. Hace dos años abandoné el deporte profesional,
cansado de ver cómo me cerraban las puertas de mi sueño: debutar y competir con
los mejores en el Campeonato del Mundo. Cansado de la falta de oportunidades a
pesar de ser dos veces subcampeón de España Élite y top-14 en las tres Copas
del Mundo DO que disputé.
No es fácil decir adiós a
algo por lo que tanto se ha luchado. Menos aún hacerlo en el mejor momento de
tu carrera, pero miré hacia delante y me ilusioné con un nuevo proyecto. Tras
pasar las distintas pruebas de acceso, había conseguido una prestigiosa beca de
ICEX España Inversión y Exportaciones para proseguir mi formación y trabajar.
Tanto estudiando el Máster
en Gestión Internacional de la Empresa (2014) como trabajando en la Oficina
Comercial de España en Brasilia (2015), el deporte perdió el papel
preponderante en mi vida, pero me seguía acompañando en mi tiempo libre. El
deporte me motiva, me libera, me relaja. En definitiva, me hace mejor persona.
Sorprendentemente, entrenando
en mi tiempo libre, conseguí realizar alguna de las mejores carreras de mi vida
(4º en la última etapa de la Bundesliga de Triatlón y 3º en el circuito
profesional de triatlón brasileño). Resultados que inician una serie de
conversaciones infantiles, más deseos que realidad, para mudar mi nacionalidad deportiva de España a Brasil.
Así me planto en 2016. El
último año de la Beca de ICEX consiste en trabajar en la internacionalización
de algunas de las mejores empresas españolas, para lo que llevamos formándonos
dos años. Por otro lado, esas conversaciones toman cuerpo y se torna real la
oportunidad deportiva que siempre había deseado: un camino sin trabas que
podría abrir y profundizar en función de mis aciertos.
Ahí se presenta el dilema.
¿La tranquilidad de un buen trabajo en una buena empresa o la incertidumbre del
deporte profesional? ¿La seguridad económica de un buen sueldo a fin de mes o
la incertidumbre absoluta de una remuneración en función de los resultados en
las carreras? ¿La confianza de estar en tu país, en tu casa con la gente que
amas o la aventura constante de viajar de un lado para otro? Pero también ¿la
opción de ser uno más o perseguir un sueño y sentir como se eriza la piel a
cada instante?
Escribo ya desde Brasil, el
país que sin regalarme nada, me abre sus puertas para poder continuar ese sueño
que dejé aparcado en 2013: poder debutar en el Campeonato del Mundo y pelear
con los mejores. Obrigado Brasil. En
el horizonte aparece dibujado el rótulo de Tokio 2020. Pienso en poder luchar
por estar en unos Juegos Olímpicos y me entra un escalofrío de alegría. El
camino es largo, incierto y duro. Pero también es apasionante y me encuentro
más confiado y capaz que nunca.
Casi tres años después, mi
vuelta al mundo ITU de las competiciones internacionales será el 20 de marzo en
Valparaíso, Chile. Muchas cosas cambian desde mi última prueba ITU, la Copa del
Mundo de Alicante 2013. Mi país, de ESP a BRA, pero sobre todo la certeza de
estar haciendo lo que más quiero hacer. Hay situaciones que sólo se ven mejor
desde la distancia, y estos dos años lejos del deporte profesional me han
ayudado más de lo que podría imaginar para volver hoy con más fuerza.
#Lume!
5 comentarios:
A darle duro en busca de un sueño, ¿qué es la vida sin sueños? te deseo lo mejor.
Muchas gracias Juan Antonio. ¡Vamos a por ello!
Pois moito animo chaval, eso si si podes as publicacións sigueas facendo en castellano ainda que despois fagas unha tradución o brasileño, jijiji, moito ánimo e a darlle duro, seguro que todo salirá moi ben, un saludo desde Outes,
Por certo que se me olvidou no post anterior Lumeeeeeee!!!!
Hola Anton,
Soy Inma, periodista de Canal +. Estamos preparando un reportaje, y nos ha interesado tu historia.
Vives en Brasil ahora? O en España?
Un abrazo y suerte con todo!
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