En esa primera boya se forma un tapón que progresivamente consigo sobrepasar. Corremos por la arena antes de iniciar el segundo giro de natación. Pasar de nadar tumbado a correr de pié sobre la arena es pura agonía. Con el corazón saliendo por la boca resulta complicado volver a coger el ritmo. Es mi momento. Tiro fuerte y consigo enganchar un grupo delantero. Por momentos me creo que en el grupo de líderes. Cuando consigo levantar la cabeza me sitúo, lejos de los elegidos pero en una cómoda posición dentro del 2º grupo.
Sabía que habría escapada. Los 7 mejores nadadores son enormes ciclistas. Al inicio de la bicicleta ya nos van metiendo tiempo. Los primeros km son eléctricos, momentos cruciales para definir la carrera. Viajo en el 2º grupo, tras los 7 escapados. A diferencia de la semana anterior, con nosotros ningún "capo", ningún potente ciclista que ponga orden. Resultado: los escapados se bajarán a correr con 3 minutos de adelanto y por detrás somos absorvidos por el tercer pelotón. Vivimos en desorden, nadie quiere trabajar con lo que cada uno hace la guerra por su cuenta. Incontables ataques acaban cuajando en el penúltimo giro. Uxío y Vicente están entre ellos, un grupo de 10 que nos distancia en un minuto en boxes.
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